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24 abril, 2024

Tabasqueño

Resulta ahora que los gobernadores saben que vivimos en una federación de estados “soberanos” y “libres” a la hora de tomar decisiones, ya que cada entidad se rasca con sus propias uñas y realiza sus funciones del pacto federal a tal grado que, con su propia policía eficaz y eficiente, garantiza la vida y la seguridad del patrimonio de sus habitantes, de manera que no necesita de las fuerzas armadas ni de ninguna otra corporación para hacerlo.
Por ello es por lo que, en los tres sexenios de este siglo, los virreyes al cumplir con sus responsabilidades, cuenta ahora con cuerpos policíacos estatales y municipales ajenos a la delincuencia, combate al crimen organizado y los diferentes gobiernos en los estados en lo que va del siglo, a algunos que son legisladores en el Congreso nos lo pueden confirmar, han hecho de sus cuerpos policíacos un ejemplo de fuerzas civiles a los que confiamos nuestra seguridad por su destacado desempeño.
Ha sido tal la labor de los gobernadores y el presidente que esta semana deja Los Pinos, que podemos salir a las calles de nuestras ciudades, pueblos y comunidades, con tal tranquilidad que podemos dejar abierto nuestro vehículo estacionado y nadie se los roba; podemos ir al banco a retirar dinero y nadie nos roba y asesina; no hay ejecuciones, feminicidios, extorsión, violaciones, secuestros y demás que tanto salía en los medios de comunicación.
Son tales los resultados de nuestros estados libres y soberanos que, al rendirse informes sobre el pacto federal, podemos transitar por todo el país, sin que existan grupos criminales ligados a los cuerpos policíacos; nuestros hijos pueden andar por las calles sin que desaparezcan o sea necesaria la alerta Amber que en el pasado se utilizaba; tenemos tan buenos gobernadores que podemos brindar con ellos este fin de año y aplaudirles por su trabajo.
Antes aquí comentaba que el federalismo en México no existía, porque los gobernadores se subordinaban al presidente en turno; mendigaban por sus recursos en la Secretaría de Hacienda, donde no les daban un trato de un poder soberano de la federación, sino de simples pedinches ante el ministro de finanzas, que siendo designado y solo un chalán del presidente en turno, parecía tener más poder que ellos que, para bien o para mal, fueron electos.
Por eso afirmaba que vivíamos un centralismo federado, pero la rebelión de un número de ellos y de otro que está por sumarse al club de virreyes, es admirable porque me hacen saber que esto ya se superó; que tenemos entidades libres y soberanas, algo así como el estado de California, que alguna vez fue de México, y que se pone al tú por tú con Donald Trump.
Todos sabemos que los delegados federales han existido y podría nombrar a muchos políticos conocidos de los gobiernos de este siglo que, sin llenar el perfil técnico, solo el político, fueron nombrados en las diversas entidades no precisamente para darle vigencia al pacto federal, sino para hacer negocios y utilizar los programas para ganar adeptos para sus partidos. Esto es lo real.
Ahora debemos pugnar que el pacto federal exista, que los gobernadores no sean títeres del gobierno federal, ni lame botas del presidente en turno como han sido hasta ahora, sino que atiendan las necesidades del país no sus intereses personales y de partido, que busquen en verdad cumplir con su responsabilidad para potenciar el desarrollo de cada entidad de manera conjunta.
Antes de presumir de demócratas federalistas, los gobernadores no deben olvidar la máxima de que “La Patria es Primero”.

NUEVO GOBIERNO
El fin de semana tendremos nuevo presidente en México y las expectativas de disminuir la violencia y la inseguridad en el país, son solo eso, una expectativa que todos tenemos para que nos devuelvan la tranquilidad y la paz a los mexicanos en todos los rincones del país donde se enseñorean los grupos criminales protegidos por los gobiernos locales o bien, rehenes de ellos.
El crecimiento económico y la falta de empleo, es otra de las variables que en este siglo no ha logrado números positivos, con lo que la migración interna y hacía el exterior es cosa de todos los días, aunque ahora la caravana migrante centroamericana nos haga olvidar que, como ellos, estamos muchos mexicanos moviéndonos por el país, no por las políticas de “mover a México” de Peña.
En el Palacio Legislativo de San Lázaro, se aprestan a recibir a los jefes de Estado invitados, a cientos de comunicadores del mundo y nacionales que cubrirán el cambio de gobierno, al grado que dos días antes de terminar el mes, el inmueble será sellado por razones de seguridad de manera que solo habrá actividades normales hasta el miércoles. ¿Quién estará a cargo?
No sabemos si el anfitrión del evento, el Congreso de la Unión, es la que dirigirá la ceremonia de toma de protesta, haciéndose cargo de la seguridad de todos, de la emisión mediática de la sesión misma que comenzará temprano, o será como antes, el invitado el que dicta órdenes al anfitrión sobre qué hacer o no hacer, el que dice quién entra y quién no, o que sale al aire en cadena nacional.
Así como debemos dar paso a un federalismo verdadero, es tiempo también que exista una verdadera división de poderes, donde cada uno cumpla con sus deberes y tenga sus derechos plenos, y no estar sometidos por uno de ellos.
Lo cierto es que el nuevo gobierno llega sin una política de comunicación de Estado definida por una ley al respecto, ya que solo existe para ello la Ley Chayote que si no es abrogada entrará en vigor en enero, para que las acciones de los tres poderes y de los tres niveles de gobierno se difunda de una manera clara, sin utilizar la propaganda gubernamental para ensalzar la imagen de ningún gobernante o legislador en turno como marca la Constitución.
Todo queda al arbitrio del ejecutivo o su vocero las acciones que emprenderán; y hasta ahora por lo general los gobernantes son malos comunicadores, no se dejan ayudar por profesionales, dictan sus designios de manera arbitraria en los tres niveles de gobierno y los tres poderes, cuando es fundamental para el desarrollo democrático de un país una buena política de comunicación.

ESPERAN LÍNEA
Si los poderes y los tres niveles de gobierno fueran autónomos, no comentaría que, en el Congreso de la Unión, congresos locales, ejecutivos estatales y municipales, están esperando línea del poder supremo presidencial para definir sus acciones en diversos ramos de la administración o legislación respectiva.
A nivel legislativo hay comisiones que no han sesionado sobre temas fundamentales como el desarrollo económico, programas prioritarios, comunicación y demás, al igual que ejecutivos que están en espera de que a nivel federal se les de línea sobre las acciones a desarrollar en los próximos meses y con ellos hacer los planes legislativos y ejecutivos a seguir.
Ciertamente el Plan Nacional de Desarrollo marca el camino de una Nación, pero cada entidad y región tiene sus particularidades que, si no son tomadas en cuenta en ese plan, sus ejecutivos y legislaturas deben de proponer su propio camino a seguir, como se hace en las naciones del primer mundo, aunque seamos del tercero.
La democracia participativa demanda de la sociedad su interés permanente por la cosa pública, pero con argumentos bien fundados no con las prédicas insanas de aquellos que se niegan a perder sus privilegios y que utilizan las redes sociales para difundir toda clase de libelos y noticias falsas.
Es tiempo que ya no nos dejemos engañar por nadie, que aprendamos a discernir y tomar decisiones por México.
Comentarios a uliseshj@hotmail.com
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