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19 abril, 2024

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* Cada año 15 millones de personas en el mundo sufren un evento vascular cerebral (EVC).
Ciudad de México a 19 de mayo del 2017. Cuando alguien cercano sufre una enfermedad vascular cerebral (EVC), también conocida como infarto, derrame o embolia, el tiempo que transcurre para llegar al hospital puede hacer la diferencia entre la vida o la muerte. Desafortunadamente, cada año 15 millones de personas en el mundo presentan un evento de este tipo, de las cuales 5 millones fallecen durante las primeras horas y otra cifra similar permanece con secuelas graves que generan gastos catastróficos para sus familiares e instituciones de salud que las atienden.

Por esa razón, “es muy importante que la población en general no sólo conozca los factores de riesgo, sino que también aprenda a identificar correcta y oportunamente sus signos y síntomas”, comentó el Dr. Fernando Flores, neurólogo vascular adscrito a la Clínica de Enfermedad Vascular Cerebral en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMyNSZ) en el marco de la campaña nacional de Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) que se conmemora este 25 mayo.

El experto expuso que la EVC ha ido en aumento debido al envejecimiento de la población, al incremento de la esperanza de vida y a factores de riesgo como diabetes, tabaquismo, sobrepeso y obesidad, colesterol elevado, e hipertensión arterial. Tan es así que en México tiene una incidencia de 230 casos por cada 100 mil habitantes[ii], siendo tercera causa de muerte y la segunda tanto de invalidez como de demencia en adultos mayores, sólo después del Alzheimer[iii].

“Generalmente, los infartos cerebrales se asocian con secuelas angustiantes y permanentes, ya que no sólo afecta el movimiento sino también la memoria, el pensamiento, la comunicación, las emociones y, por supuesto, la calidad de vida de quienes los presentan. Aproximadamente, la mitad de los pacientes que sobreviven a esta condición de salud queda con un mayor o menor grado de incapacidad funcional y un tercio de ellos precisa ayuda de sus familiares o cuidadores para realizar sus actividades básicas”, apuntó.

Explicó que un evento cerebrovascular puede ser isquémico (agudo o transitorio) si se produce por el bloqueo de una arteria del flujo que lleva sangre al cerebro debido a un trombo o coágulo; o bien, hemorrágico, cuando se rompe un vaso sanguíneo. “Aunque ambos representan una emergencia médica, el 80% de los casos son por infarto cerebral isquémico cuyos síntomas se pueden resolver con mejor pronóstico de recuperación, mientras que el hemorrágico ocurre en el 20% de los casos, requiere de complicadas intervenciones quirúrgicas[iv] y la rehabilitación es más lenta e impredecible”.

Indicó que si bien se tiene una ventana de aproximadamente 4 horas y media desde que ocurre un accidente cerebrovascular hasta que se llega a los servicios de urgencias, es fundamental acortar todavía más el tiempo de espera en recibir atención neurológica, pues de esta manera habrá mayor posibilidad de deshacer el trombo y restablecer la circulación de la arteria ocluida con fármacos eficaces como el alteplasa, la única terapia trombolítica indicada para el tratamiento inmediato del EVC isquémico agudo.

El Dr. Fernando Flores hizo hincapié en que el infarto cerebral agudo debe considerarse un problema de salud pública, ya que en México hay una gran falta de conocimiento respecto a la enfermedad, no existe una partida presupuestal por parte del Seguro Popular, se necesita más infraestructura hospitalaria, capacitación del equipo médico involucrado tanto para el diagnóstico como para el tratamiento y, sobre todo, mayor acceso medicamentos trombolíticos.

En su opinión, muchos pacientes están llegando al hospital fuera de la ventana de tiempo y, por tanto, aumentan las complicaciones, la discapacidad y los costos económicos. En ese sentido, consideró que se deben realizar campañas de información más agresivas que generen recordación y permitan identificar el inicio de un evento para actuar de manera rápida llamado a una ambulancia o trasladando al afectado a una institución con protocolos de atención para EVC.

¿Cómo reconocer un infarto cerebral?

El Dr. Fernando Flores, neurólogo del INCMyNSZ, comentó que esta alteración neurológica puede aparecer de forma brusca, generalmente sin aviso y con signos de 24 horas o más que van desde la aparición súbita de dolor de cabeza sin causa aparente, hasta mareo, pérdida del equilibrio, visión borrosa, entumecimiento o parálisis de la mitad del rostro, entre otros.

Sin embargo, en su experiencia, si la persona tiene uno o más de los siguientes síntomas de alerta es importante que no dude ni un minuto en tomar acciones:
Cara: Debilidad en la mitad del rostro.
Mano: Pérdida de la capacidad para levantar el brazo o la mano.
Lenguaje: Imposibilidad de pronunciar palabras.
Finalmente, el experto recordó que los eventos vasculares cerebrales se pueden prevenir a través de un estilo de vida saludable que incluya ejercicio, dieta equilibrada, evitar fumar y reducir el estrés, además de seguir las indicaciones médicas en caso de tener algún padecimiento cardiovascular que ponga en riesgo su vida. De ahí que este 25 de mayo es un buen día para promover la cultura de la prevención, pues cuando se trata de una embolia… ¡EL TIEMPO ES CEREBRO!

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