LOS SONÁMBULOS: SOBRE UN DOBLE ASESINATO

Por Jesús Delgado Guerrero
Ningún gobierno, incluso los autodenominaros de izquierda, dirán que entre sus propósitos esté fomentar y hasta salir al rescate de la actividad financiera especuladora. A cambio de ello, se han inventado toda clase de argumentos sólo creíbles para los que los difunden y, quizás, para alguno que otro que los ha escuchado. Los gobernantes, desde luego, procuran aparecer como enérgicos fedayines de los bolsillos ciudadanos y de sus familias, aunque no logren ocultar la silueta del garrote.
Así ha sido la reacción del gobierno federal luego de que la Reserva Federal de Estados Unidos determinó elevar su tasa de referencia 0.25 por ciento, mismo porcentaje que elevó el Banco de México para dejarla en 3.25 por ciento.m
Por supuesto, las menos favorecidas con esas medidas son las familias y, por el contrario, nuevamente se beneficia al capital especulador que, con o sin alzas de la Fed y del Banco de México, había venido vaciando las reservas nacionales de dólares mientras se anunciaba la aparición del diablo (y lo va a seguir haciendo, de eso no hay la menor duda) en tanto que el valor del peso continua su pendiente descendiente, con todo y los millones de dólares subastados diariamente por el Banco de México para que (!oh contrariedad!) justamente eso no sucediera.
Al final la salida del llamado capital golondrino ha tenido un largo verano, aportando su cuota a la depreciación de nuestra moneda. Todos las recetas, tal vez por su permanente aplicación, ya no surten efecto, aunque se alimenten con creencias antes que con hechos (Milton Friedan sostenía: se trata de comportamientos racionalizables ex post, después de obrar, lo que quiere decir también que son como si fueran racionales ex ante)
Ante semejante barbaridad, sólo queda un apretado resumen: se pagará más a los especuladores por evitar que saquen todos o buena parte de sus dólares y se echen en brazos de la competencia, en tanto que los infelices con créditos a tasa variable (hipotecas o financiamiento de autos) y tarjetas de crédito, pagarán más y prolongarán su angustia (sobre todo éstos últimos, que han hecho del préstamo una forma de vida al carecer de poder adquisitivo y al no haber más opciones)
Esto no suena nada racional, menos el hecho de que durante el año próximo habrá más ajustes a la tasa de referencia por parte de la Fed, de modo que es previsible que Banxico irá tras sus pasos.
En esa forma, los costos de esta pequeña maniobra, “calificada casi de histórica”, todavía son impredecibles, pero de que van a dejar damnificados entre las familias supuestamente favorecidas con estas medidas, es incuestionable.
Lo descubrieron los poetas: la denominada (con todo sarcasmo) “ciencia de la felicidad cuantificada” ha demostrado una y otra vez que no es compatible con la razón ya que sus métodos están encaminados a matar a ésta y a aquella.