EL ONCE DE SEPTIEMBRE SE CUMPLIERON 56 AÑOS DEL GOLPE MILITAR QUE PUSO FIN AL GOBIERNO DE IZQUIERDA SOCIALISTA DEL DOCTOR SALVADOR ALLENDE EN CHILE. Golpe doloroso para toda una generación que vimos esperanzados como se abría paso una tendencia de izquierda, pacífica, democrática, que arribó al poder luego de varios años de lucha y organización. Postulado por la Unidad Popular, un frente muy amplio de partidos, organizaciones sociales y sindicatos, el médico chileno Salvador Allende Gossens pudo arribar a la presidencia de su país e iniciar una serie de transformaciones sociales que cimbraron la estructura social, económica y política de aquella República sudamericana.
SALVADOR ALLENDE ERA MILITANTE DEL PARTIDO SOCIALISTA CHILENO, AL QUE CONTRIBUYÓ en su fundación en 1933 pues muy joven inició en la política. Fue candidato presidencial en 1952 y volvió a serlo en 1958 y también en 1964. Por eso su triunfo en 1970 fue el corolario de un largo camino de organización y lucha social desde la izquierda chilena, confesadamente un marxista. La clave de su éxito la podemos vislumbrar en un esfuerzo monumental de organización popular que integró a los partidos comunista y socialista en un solo frente que pudo aglutinar a los movimientos y organizaciones populares con un programa común. Pero ese empeño tendría un destino trágico que ensombreció la historia chilena durante varias décadas.
LA SALVAJE REPRESIÓN LLENÓ LAS CÁRCELES Y LOS CEMENTERIOS, LAS SALAS DE TORTURA Y EL EXILIO. Tan grande fue, como el tamaño de las transformaciones que intentaba Salvador Allende (para empezar la reforma agraria, nacionalización de las minas de cobre y telecomunicaciones, la estatización del transporte y el control de precios), luego de haber ganado el 4 de septiembre de 1970 con más del 36 por ciento de la votación. Por eso el gobierno norteamericano y la oligarquía chilena, veían angustiados cómo un gobierno preocupado por el pueblo podría llevar a Chile al socialismo y se decidió a la intervención, convencieron a los militares y sobrevino el brutal golpe de Estado que bañó en sangre a ese país. Allende murió en el Palacio de la Moneda, sitiado por la junta militar, con una metralleta en las manos.
SALVADOR ALLENDE VINO A MÉXICO Y, EN UN MEMORABLE DISCURSO LE DIJO A NUESTROS ESTUDIANTES universitarios que “Ser joven y no ser revolucionario es hasta una contradicción biológica”. Sus últimas palabras durante el bombardeo de la aviación chilena fueron las siguientes: «Trabajadores de mi patria. Tengo fe en chile y su destino. Superaran otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!”. Desde ese momento Chile convirtió en el laboratorio donde se pusieron en práctica las peores líneas de acción de la economía que conocemos ahora como Neoliberalismo…
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