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26 abril, 2024

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• En menos de tres años los Grupos Tácticos Operativos (GTO) pasaron de ser una estrategia de seguridad estatal, a una alarma de miedo ante la sociedad mexiquense
• Ejemplo de corrupción es la protección que Gabriel Navarro Luna, brinda a Evanivaldo Mecalco González, dueño de un largo y negro expediente que pronto saldrá a la luz

Por J. MARTIN PONCE R.

11:54 horas

(Primera de cinco partes)

ECATEPEC, Méx.- A tres años de la creación de los Grupos Tácticos Operativos (GTO), diseñados para reforzar y garantizar la seguridad, algo salió mal, porque se convirtieron en auténticos nidos de delincuentes con placa, refugio de rufianes donde, muchos de sus integrantes hoy están removidos, fugitivos, presos o muertos.

Al cinco años del podrido gobierno de Eruviel Ávila Villegas -septiembre de 2016- ante la ya creciente ola de inseguridad y violencia, alguien tuvo la ocurrencia de planear con bombo y platillo la creación de los primeramente admirados, hoy temidos Grupos Tácticos Operativos, los cuales comenzaron operaciones con éxito en ocho de los municipios más violentos de la entidad, así lo anunció el ahora fiscal Alejandro Jaime Gómez Sánchez.

En aquella ocasión presumió que estos grupos estarían destacados en Tlalnepantla, Naucalpan, Tultitlán, Ecatepec, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, Valle de Chalco y Toluca, respectivamente, a sabiendas de que éstos, eran territorio dominado por la delincuencia y el creciente y alarmante aumento en delitos de alto impacto.FB_IMG_1567010906733

El fiscal presentó en aquella ocasión al maestro Iván Jacobo Martínez Gutiérrez como el nuevo coordinador general de estos grupos (GTO) que según estarían integrados por un coordinador, dos agentes del ministerio público y seis o siete agentes de la policía de investigación (PDI).

El proyecto avanzaba sobre rieles, hubo cateos a domicilios denunciados como puntos de droga, los cuales fueron asegurados por la fiscalía mexiquense. Se cumplimentaron diversas órdenes de aprehensión, revisiones en el transporte público para inhibir la delincuencia y otras varias acciones tendientes a brindar seguridad al ciudadano, pero, algo paso, porque de pronto el maestro Martínez Gutiérrez comenzó a trabajar entre “la basura, corrupción y el lodo” con la intención de que “lo salpicaran” del jugoso fruto que generaban estos grupos y que hoy son auténticos excusados de la corrupción.

No habían pasado dos meses de su creación, cuando elementos del maestro Martínez Gutiérrez se vieron involucrados en una extorsión de 500 mil pesos en contra de un distribuidor de medicamentos –caso del que en otra oportunidad se darán mayores detalles-. Al respecto, cabe recordar que en este asunto dos agentes de la policía de investigación destacados en el GTO de Tecámac y un agente del ministerio público se dieron a la fuga.

En esos días Martínez Gutiérrez fue nombrado comisario general de la policía de Investigación por el fiscal general Alejandro Jaime Gómez Sánchez. Quienes saben del asunto, aseguran que el caso de Tecámac fue la causa para removerlo y aparentar limpiar a estos grupos que ya comenzaban a oler mal, porque desde un principio se conformó por los mismos policías corruptos de siempre.

FB_IMG_1567010900643Fue el 2 de diciembre de 2016 cuando se nombró al maestro Gabriel Navarro Luna como nuevo coordinador general de los GTO, un ex agente del ministerio público y ex comandante regional en Tlalnepantla, con larga cola en la Fiscalía General del Estado de México.

En estos tres años Navarro Luna conformó una auténtica mafia al interior de los GTO. Actualmente tiene bajo sus órdenes a los coordinadores Roberto Camacho Lovera, en Naucalpan; Ángel Cruz Guardián, en Tecámac, en Chimalhuacán a Felipe de Jesús Arcos Jiménez; en Tultitlán a Omar Agustín Hernández Heredia; en Ecatepec a Víctor Manuel Jaimes Cuenca, así como a Fernando López en Nezahualcóyotl y a Evanivaldo Mecalco González en Atizapán de Zaragoza.

Cabe destacar que Mecalco González anteriormente se encontraba destacamentado desde la creación de estos grupos en Valle de Chalco, pero al verse inmiscuido en grave delito y enfrentarse con el fiscal de Amecameca, salió prácticamente huyendo sabiendo que traía la cola sucia.

De esta manera fue que su padrino y cómplice Navarro Luna ordenara que a partir del 19 de julio pasado Mecalco, el jefe de grupo José Antonio Dámaso Jiménez Flores y sus agentes cambiaran de sede a Coacalco, donde se involucran en otro gran escándalo que a punto estuvo de terminar en tragedia al enfrentarse policías municipales con agentes de la policía de investigación, quienes detuvieron a cuatro policías municipales y dos civiles acusados de extorsión. Fue tal el punto de enfrentamiento, que tuvieron que intervenir el fiscal general Gómez Sánchez y el alcalde Darwin Eslava, para quitarle presión a una bomba de tiempo.

Ese día el maestro Martínez Gutiérrez, coordinador de la Policía de Investigación del Esrado de México ordenó que todo el personal cercano acudiera al lugar de los hechos para apoyar a sus compañeros. Mecalco González, agentes y madrinas fueron de los primeros en llegar al lugar de los hechos. Se afirma que Mecalco decomisó cuatro armas de los policías municipales de las cuales sólo presentó dos ante el ministerio público.

Al presumir que se venía un problema serio, Mecalco ordenó a su madrinas “abrirse”, lo que significa en el largot policiaco “esfumarse o desaparecer”. Uno de ellos está identificado como Alejandro El Marino y otro, se sabe que es policía municipal en Valle de Chalco y en sus ratos libres funge como madrina de Mecalco González.

Ante este otro nuevo escándalo –desaparición de dos armas- en el que se involucra a Mecalco González, vino la orden del maestro Gabriel Navarro Luna el pasado lunes 19 de agosto de remover de nueva cuenta a su protegido (Mecalco), quien fue enviado al municipio de Atizapán de Zaragoza junto con el jefe de grupo José Antonio Dámaso Jiménez Flores y sus agentes, de quienes se sabe “trabajan” para los mañosos.

En síntesis, toda esta basura, corrupción e impunidad, son reflejo de una Fiscalía General que lejos está de ser una auténtica y verdadera impartidora de justicia, principalmente, cuando se trata de aplicar la ley a los de casa, que han demostrado ser los peores delincuentes, porque además de robar y extorsionar, portan charola que los identifica como “representantes de la ley”. (Continuará)

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