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19 abril, 2024

XV CONGRESO DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA

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Juan Hugo de la Rosa

La situación social que vive el país se caracteriza, de manera destacada, por el descrédito y desconfianza profunda que las y los ciudadanos sienten respecto a los políticos y a los partidos en los que se agrupan. Por ello, quienes nos dedicamos a hacer política debemos hacer un mayor esfuerzo por conducirnos con responsabilidad y sobre todo conducir nuestros actos con una gran transparencia y de manera ética. Esto aún es más necesario para quienes nos hemos agrupado en el PRD. Partido que en la pasada elección estuvo a punto de perder su registro debido a la pérdida de apoyo popular.

Bajo está consideración, los perredistas estamos actuando con prontitud para revisar nuestros documentos básicos y nuestro actuar convencidos de que un partido de izquierda como el nuestro, con la historia y los aportes que ha hecho al país aún puede ser de gran utilidad para la sociedad mexicana, y por eso nos hemos encaminado a la celebración de este XV Congreso nacional.

Desde la militancia del PRD hay un reclamo que es necesario atender: Debemos regresar a nuestro origen de izquierda para escuchar las necesidades cotidianas de la población y construir un partido democrático firmemente enraizado en los barrios, los pueblos y las colonias. Un partido donde sus dirigentes recorran permanentemente los municipios y los estados del país, porque requerimos volver a ser un partido verdaderamente nacional.

En ese sentido, la crisis financiera que vive nuestro partido no puede ser el argumento para reducir nuestros órganos democráticos a su mínima expresión para que 5 personas concentren todo el poder para designar dirigentes estatales y tomar todas las decisiones para conducir a nuestro partido. Es como si la crisis financiera del país justificara la liquidación del Congreso de la Unión, de las cortes y se instaurara un régimen en el que alguien actuara con un poder unipersonal para dirigir al país.

No es sano sostener que la reducción de las prerrogativas que recibirá el PRD en los próximos años debe llevar al partido a perder su democracia interna. Una concepción de esta naturaleza, además de resultar falaz, dejaría a nuestro partido con una gran debilidad para enfrentar los retos de su reconstrucción e impulsar el fortalecimiento de la propia democracia en el país.

Hoy, cuando la ciudadanía con su voto, nos está reclamando la apertura y democratización del PRD, para que desaparezcan las camarillas y los grupos de presión que obstaculizan y desvían la acción de nuestro partido, hay una reacción para concentrar aún más el poder de los mismos de siempre. La propuesta de nuevo estatuto, en su artículo 38, sostiene que la Dirección Nacional se integrará por 5 personas que se auto elegirán por los grupos que vienen dirigiendo al partido desde hace décadas.

La razón que se esgrime es la falta de presupuesto, pero en una dirección donde sus integrantes no percibirán salario alguno entonces puede muy bien, bajo el mismo criterio honorario, ampliarse al número necesario (12, 15, etc.) para poder llevar a cabo su función de manera eficiente.

En el nuevo estatuto, que por cierto, estaría fuera del mandato que Convoca a este Congreso pues lo que se presenta, en los hechos, es una abrogación del estatuto vigente y no una reforma, desaparece la estructura estatal, municipal y del partido. Este es un grave error porque lo que tendríamos que hacer es justamente fortalecer nuestra estructura territorial, a partir de una apertura a la sociedad, flexibilizando los procesos de afiliación y ampliando la democracia directa para un mejor control, desde la base, sobre las decisiones que tomen las dirigencias del partido, para que logremos seleccionar de la manera más transparente a los mejores candidatos que pudiéramos proponer a los distintos puestos de representación popular.

En cambio, se propone que la nueva dirección reducida pueda decidir hasta el 50 % de las candidaturas, en procesos opacos, sin normalización y sin participación de la militancia.
En sintesis, Proponemos:
Que se respete el nombre, lema y emblema del partido, así como su programa, principios y línea política de Izquierda.

2. Que se desaparezcan las llamadas corrientes.

4. Construir una plataforma que permita acercarnos a la sociedad, consultar a la base las decisiones.

5. Que todas las candidaturad sean por elección, votación universal, directa y secreta y que las de representación proporcional se asignen en los consejos del ámbito al que corresponda, pero se priorice la trayectoria y trabajo territorial.

6. Refrendar la militancia cada 3 años.

7. El 100% de consejeros sean electos en los distritos locales de los Estados, eliminar la elección de consejeros por lista.
8. Que los integrantes de los Comités Ejecutivos Estatales y Nacionales no perciban remuneración salarial.

9. Que los organos de dirección incluyan una composición pluarl y paritaria entre los generos, incluida la Secretaría de Jóvenes.
10. Que las delegadas y delegados al Congreso Nacional sean electos mediante planillas distritales federales integradas hasta por el número total de Congresistas mediante voto de los afiliados.

Hoy necesitamos construir un partido democrático, unitario, plural y abierto a la sociedad.

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