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18 abril, 2024

mauricio-farah-gebara-secretario-cmara-diputados-san-lzaro* Se inauguró en San Lázaro Congreso Internacional “Invierte Temprano. Aportaciones para el Presupuesto Base Cero”

* Necesario destinar recursos a la niñez, no sólo por empatía social sino por interés económico: Contreras López

* México tiene marcados contrastes en salud y nutrición, a pesar los recursos asignados a los niños más vulnerables: BID

El Presupuesto Base Cero es “un sacudimiento profundo de la inercia, para no replicar lo antes hecho sólo con algunos cambios, sino planear y programar atendiendo a la realidad económica y social del país; presupuestar con puntualidad y precisión, para destinar los recursos a donde más faltan y donde más productivos son”.

Hizo esta declaración el secretario General de la Cámara de Diputados, Mauricio Farah Gebara, quien reconoció que este presupuesto es una apuesta alta “si se considera la historia inercial presupuestaria del país, pero es necesaria y prometedora, porque en la medida que se haga bien, potenciará los resultados en materia de desarrollo y justicia social”.

Destacó la relevancia del cambio de paradigma en la elaboración del presupuesto, que busca preservar la estabilidad macroeconómica mediante su revisión concreta y la estructura programática para identificar lo que debe permanecer, lo que debe modificarse y aquello de lo que puede prescindirse.

Al inaugurar el Congreso Internacional “Invierte Temprano. Aportaciones para el Presupuesto Base Cero”, Mauricio Farah detalló que el evento busca visibilizar la rentabilidad y conveniencia de invertir en

las distintas dimensiones del desarrollo temprano, incluso en contextos de escasez.

Agregó que “para aspirar a una niñez sana y feliz, a una adolescencia plena y constructiva, a una juventud preparada y participativa, hay que realizar acciones tempranas”.

Dijo que los resultados y conclusiones del encuentro nutrirán el conocimiento y reflexión sobre la atención temprana de la niñez y la elaboración de un Presupuesto Base Cero, “dos vertientes destacadas de nuestro empeño por construir un mejor país”.

En tanto, el director general del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, Pedro Ángel Contreras López, expresó que este congreso busca que de un problema se haga una reflexión y se pueda mejorar, ya que México se enfrenta a un panorama de escasez de recursos que ha llevado al gobierno federal a tomar medidas precautorias para afrontar la crisis y, concretamente, para integrar el Presupuesto 2016.

Los trabajos de presupuestación, indicó, se llevarán conforme al Presupuesto Base Cero, lo que obligará a adoptar medidas de austeridad al interior del gobierno federal, priorizando los apoyos a programas sociales y productivos y continuando el impulso en la inversión en infraestructura, bajo la primicia de hacer más eficiente y transparente el uso de los recursos públicos.

Contreras López destacó que para 2016, el presupuesto será integrado conforme a una revisión de fondo del gasto público que se construirá desde cero. En ese sentido, recordó que la Secretaría de Hacienda propuso disminuir en 22.4 por ciento el número de programas presupuestarios a emplear para la elaboración del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 , al pasar de un total de mil 97 a 851 programas.

Indicó que este evento aportará elementos que facilitarán el análisis y la determinación de las prioridades del gasto a ejercer, especialmente, la inversión en la primera infancia. “Es necesario invertir en la niñez, no sólo por empatía social o solidaridad sino por un interés económico de largo plazo en beneficio del país”.

Mercedes Rosalba Araoz Fernández, representante en México del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sostuvo que los primeros años

de vida significan los cimientos para las edades futuras; por ello, es vital brindarles atención a la salud, nutrición, protección social y desarrollo infantil.

Indicó que el sector público mexicano tiene una trayectoria importante de protección social y de salud a los menores de 5 años, principalmente a los más vulnerables. Refirió que programas como Prospera cubre más de 24 millones de personas y el Seguro Médico Siglo XXI financia la salud 5.2 millones de niños afiliados.

Además, el Estado proporciona recursos para los niños más vulnerables. Tan sólo, en 2015, se asignaron dos mil 600 millones de pesos al Seguro Médico Siglo XXI; a Prospera, a través del ramo 12, se le otorgaron 6 mil millones; al Programa para la Protección y Desarrollo Infantil de la Infancia, 35 millones; al de Estancia Infantiles, 325 millones en educación. No obstante, dijo, el país tiene marcados contrastes en la salud y nutrición de los menores.

La representante del BID destacó que el gobierno enfrenta el desafío de tomar decisiones, en medio de un entorno macroeconómico complejo. “Aspiramos a que los recursos que sean asignados a los niños se den con la mayor eficacia posible y realmente contribuyan a reducir las brechas entre su estado de salud y su desarrollo”.

Sostuvo que la asignación de recursos en la primera infancia tiene retorno en el corto y largo plazo, por lo cual se favorece el desarrollo escolar y la productividad en la edad adulta. El objetivo, detalló, “es evitar que los menores crezcan en condiciones de precariedad en salud y nutrición, para reducir el riesgo de que tengan un desempeño escolar deficiente y menores oportunidades económicas en edad adulta, con lo que ayudaremos a romper el ciclo de la pobreza y desigualad social”.

A su vez, José Alberto García Aranda, director general del Hospital Infantil “Federico Gómez”, resaltó que al ser el primer instituto en atender a esta población, se ha logrado modificar su cuidado; prueba de ello son los programas que impulsó como el de Hidratación oral, que disminuyó el número de muertos por diarrea en el país y el de Papilla para la alimentación de los niños desnutridos, el cual ayudó a abatir esta problemática.

Mencionó que el desarrollo infantil y su inversión son vitales en el crecimiento de una nación. “Todo lo que se hace para entregarle al profesor un niño de seis años capaz de aprender y desarrollar sus

habilidades queda dentro de la esfera de lo que sería un programa de salud y desarrollo para todo el país”.

Convocó a los legisladores, a la sociedad civil y las autoridades de salud a impulsar el desarrollo infantil, a dar el presupuesto que merece y que necesita. “Estoy seguro que si éste se llega a implementar, tendremos un México mejor dentro de algunos años”.

En su oportunidad, el presidente de la Fundación “Un kilo de ayuda”, José Ignacio Ávalos Hernández, afirmó que las condiciones en que nacen y se crían millones de niños mexicanos les impiden desarrollar sus capacidades físicas y sus habilidades cognitivas y afectivas, tan necesarias para prosperar.

Refirió que el Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), arrojó que en México 54 por ciento de los niños de cero a 6 años está en niveles de uno o abajo de uno; es decir, que no pueden hacer un cálculo mental simple, memorizar un número telefónico, seguir dos instrucciones o retener un texto; los jóvenes ocupan el lugar 53 de 65 en esta evaluación y cuando se aplica la prueba, el sector educativo ya perdió a 54 por ciento de los estudiantes, “es decir que sólo evalúan al 46 por ciento”.

Señaló que 23 por ciento de los niños menores de cinco años tiene anemia; el porcentaje aumenta entre los 12 y los 24 meses de edad, a 38.7 por ciento, y en zonas rurales es de 80 por ciento; millón y medio de niños tienen desnutrición crónica; sólo 14 por ciento de los bebés tiene lactancia materna exclusiva y 56 por ciento de los niños menores de 5 viven en pobreza.

De acuerdo con el estudio “Los Invisibles”, publicado por Mexicanos Primero, ocho por ciento de los niños menores de un año no tiene registro de nacimiento; cada año se gastan seis mil 589 dólares por niño, durante los primeros cinco años, mientras que en Chile se gasta el doble y en Corea del Sur el triple, 19 mil 524 por niño.

Por ello, consideró necesario “hacer una apuesta definitiva por los niños de México”, y dialogar desde una perspectiva costo-eficiencia y económica-presupuestal, sobre la pobreza que se origina en la primera infancia. “La posibilidad de presupuestar sin inercias permitirá orientar el gasto donde se genere mayor retorno”, afirmó.

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