Jalisquillo, Michoacán, 24 de enero de 1953 – Texcoco, Estado de México, 11 de marzo de 2014
Por: Martha A. Weihs
Editora de Fotografía del
Semanario Digital Expresso de Oriente.
Es Tingüindín, con diéresis, señalaba
nuestro querido Arnulfo al referirse nostálgico
al municipio de su niñez, cuando se reunía
con los amigos, a la sombra de un café.
Michoacano, miembro de una familia numerosa donde Arnulfo fué el quinto de los ocho hijos de Amelia Ríos y Jesús Rubio, tuvo una vida de gran actividad, llena de anécdotas propias de su espíritu inquieto e independiente desde niño. Y narrador de nacimiento: de modo escrito y también verbal.
Arnulfo Rubio estudió en la Preparatoria No. 4 Vidal Castañeda y Nájera, de la UNAM.
Por medio de sus pláticas Arnulfo, expresaba que además de recordar a sus compañeros de grupo con todo y sobrenombres, admiraba a su profesor Martínez y Martínez, hombre detallista que, como recuerdo de graduación, regalaba a cada alumno suyo una fotografía de grupo tomada por él mismo: ¡ése sí era un tipazo! decía.
La cercanía de los sucesos estudiantiles de 1968, dejó en Arnulfo una profunda impresión que lo llevaría a conmemorar cada dos de octubre a los afectados, en diversas formas, el resto de su vida.
A partir de 1979 madura gradualmente su experiencia como articulista, corrector de publicaciones y diseñador para publicidad, e inicia la producción de su obra literaria en los géneros de poesía, ensayo, prosa y novela, al tiempo que imparte y toma cursos relacionados.
Finalmente, enriquece su vocación al estudiar Periodismo y Comunicación Colectiva de 1993 a 1996 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Para entonces, había desarrollado una sólida trayectoria productiva que incluía poemas, cuentos, novelas, poemario colectivo, novela por entregas, además de numerosos artículos divulgados en medios como radio: XEQ, Radio Noticias y Radio Chapingo; televisión: Sistema Hidalguense de Televisión y medios impresos nacionales en los que desempeñó diferentes funciones, como: editor literario en dos publicaciones de PYCSA y SHCP; colaborador de Revista de Revistas, Excélsior, colaborador del Periódico Excélsior, Diorama de la Cultura; secretario de redacción del Diario La Jornada, columnista y reportero del Periódico El Heraldo de Hidalgo, editorialista del Periódico El Nacional, jefe de cultura y fundador del suplemento dominical del Periódico La Afición, colaborador de la Revista Siempre!, colaborador de la Revista Época, y reportero y jefe de cultura de la Revista Tiempo.
En algunos casos, el compromiso con su quehacer lo induce a viajar por varios estados e incluso a vivir fuera del centro de la República.
Así, después de haber permanecido algún tiempo entre el Distrito Federal, Guadalajara, Pachuca y Michoacán, finalmente se establece en Texcoco, y mientras termina algunos libros que tenía en proceso, decide hacer periodismo y se integra al semanario Expresión como editor, con el ánimo de fundar luego un medio propio.
Tenía la experiencia anterior como editor de la revista Al Frente, del Frente Democrático Hidalguense, 2003; fundador y director de la Revista Rock You, septiembre de 1992 a junio de 1993, dedicada al rock y al jazz, donde rendía homenaje a sus músicos favoritos por medio de artículos, fotografías y tiras cómicas; la revista de creación literaria Salamandra, de la Universidad Autónoma Chapingo, 2002, y como director de la Revista Letra, 1980 – 1981, poemario colectivo ilustrado con viñetas, que hasta poco antes de su muerte mostraba con orgullo en remembranza del trabajo en equipo y la detallada factura artesanal para realizarla.
Inicia entonces el proyecto Expresso de Oriente de Texcoco, cuyo lema es Periodismo Local para la Acción Global, el cual nace el 24 de enero del 2006, en un material tan humilde como las fotocopias de esa época. Los ejemplares eran entregados en los puestos de periódicos y revistas de Texcoco, así como a los suscriptores y anunciantes, por el mismo Arnulfo Rubio, quien animosamente recorría Texcoco en bicicleta para ello y también hacía la publicidad del periódico, distribuyéndola de igual modo y pegando carteles fotocopiados.
Martitha saludos.
Hola Martitha! Saludàndola con gusto, pero apesadumbrado por la triste noticia que me enviò; probablemente recuerde el dìa en que nos conocimos en la sala de Prensa de la Asamblea Legislativa; usted acompañaba a Don. Arnulfo, a quien solicitè un espacio para publicar mi Columna «Chispas», a lo cuàl accediò gustoso; los comentarios y acuerdos subsecuentes los tuvimos a travès de nuestros respectivos correos. Lo ùltimo solicitado fue, que me enviara la portada y mi columna para que la imprimiera en mi oficina, a lo que rtespondiò que harìa con gusto; en caso que usted me pudiera extractar lo que solicito, se lo agradecerè mucho. Referentea a lo que me comenta referente al proyecto de su hija, presèntele mis mas sentidas condolencias e infòrmele que elevarè mis plegarias para que el cielo lo reciba como el gran señor que fue en vida; asimismo agradezco que se tome en cuenta mis modesta y aburrida columna, a futuro cuando inicien la pròxima publicaciòn.
Ac+eptenme una vez mas como su incondicional servidor .
Atte Armando Santos (seudònimo porque me «Hackearon» mi Correo) Adonay Somoza Hernàndez (nombre real)